El Estado no tiene ánimo de lucro, y por tanto su objetivo es ser estable económicamente, gastar lo mínimo para conseguir lo máximo para sus ciudadanos, optimizando lo recaudado por impuestos. Ese debe ser su objetivo en todo momento y cualquier despilfarro debe ser perseguido y eliminado.
Por tanto, todos los servicios públicos tienen que tener el único objetivo de ser lo mejor posible gastando lo mínimo… lo cual no puede ocurrir si la gestión pasa a manos privadas.
Si la gestión fuese igual con gestores privados que con públicos, aún así sería preferible los públicos, ya que nos ahorraríamos el margen de beneficio que los primeros querrían conseguir.
Pongamos por ejemplo que tenemos 5€ para pagar un servicio, el gestor debería ver como sacar el máximo de esos 5€. Si tenemos un gestor privado que, fabulemos, se pone un margen de beneficio de un 10%, vería la manera de sacar el máximo de esos 4,5€ restantes. Los dos quieren sacar lo máximo del dinero que tienen, pero con el segundo se desperdicia dinero en beneficios.
Si el privado consigue lo mismo con menos dinero esto me hace sospechar en realidad no es lo mismo, que se está recortando dinero de alguna parte, y por tanto el servicio está mermando en calidad.
El principal argumento de los privatizadores de la gestión, es que esta es mas eficiente en manos privadas per se. Esto es absurdo.
Si se detecta que hay un problema de gestión, quizá hay que cambiar a los gestores por otros que sepan rentabilizar mejor el presupuesto. Y es más fácil si son personal público bajo el mando directo.
O por lo menos debería ser más fácil… ya que hay ciertos procedimientos que blindan al trabajador público que ha aprobado unas oposiciones. Ahí si que se debería reformar, para no blindar a los funcionarios incompetentes (minoría quizás, pero los hay).
Rescates a la gestión privada
Es curioso que a pesar de echar tantas flores a la gestión privada, cuando finalmente una gestión privada falla llega la gestión pública al rescate, se hacen contratos que blindan el beneficio del gestor privado que verá un beneficio aunque no consiga el rendimiento económico esperado.
Un gestor público estará vigilando mas en términos no económicos que un gestor privado. Un gestor privado suele anteponer términos puramente económicos a otros sociales y éticos.
me ha gustado la mención a la responsabilidad social y ética. se nos olvida que hablamos del bienestar de los ciudadanos, no de beneficio económico, y que ese bienestar de los ciudadanos es en último término el que hace progresar a un país.
estoy totalmente en contra de la privatización de servicios básicos. primero, porque creo que deben ser lo más homogéneos que sea posible en todo el territorio nacional y segundo porque la prioridad es el bienestar de sus beneficiarios, no el provecho económico. de hecho es absurdo pretender que todos los servicios reporten beneficios económicos al estado (para dar ingresos a la administración ya están los impuestos, cuya recaudación está en algunos casos… privatizada!) además se pierde el control del servicio que se privatiza, las empresas pueden dar peor servicio y la administración pública lo tiene más complicado para ponerle remedio.
sin embargo, tengo algunas puntualizaciones:
para cuándo la segunda parte del artículo? me voy preparando?
Responderé en breve y desarollaré algunas ideas en próximos artículos.
El sangrante caso de BiciMAD ha puesto en relevancia que los contratados NO tenían suficiente experiencia y la han cagado. De hecho, eran tan incapaces de coger el teléfono de atención al cliente y al final lo gestiona el area de movilidad del Ayuntamiento. Bien por el Ayuntamiento, colleja (y multa) al concesionario.
La segunda parte se está cocinando…
[…] vimos el otro día la incongruencia de pensar que una gestión privada es mas eficiente que una pública (es matemáticamente imposible). Pero hoy vamos a hablar de la privatización de empresas […]